Colectánea poética
- Jair Velasco
- 2 feb
- 3 Min. de lectura
EL OLVIDO QUE ES RECUERDO
Sufro la desazón
Del tiempo que nos tatúa
Su inmisericordia.
Sabemos del tiempo
Porque sabemos
De las arrugas.
Ellas son el segundo nombre
De un existir
Al punto de las tardanzas.
Por ello exprimir
Lo vital
Concuerda con la esponja:
Mucha vida
En tan poco espacio,
Mucha intensidad
En cortedad abreviada.
Estos días
Viendo al desgaire
Cómo pecas nuevas
Llegan a acomodarse
Y a habitar
En la extensión desprevenida
De mis manos…
Llegan así:
Como en silencio,
Sin aspaviento,
Sin anuncios excesivos.
Hacen su ingreso
Para mantenerme
Enterado
Que ha sido extensa
La vanidad,
Longevo el orgullo,
Simples
El paso y el desgaste.
Una peca,
Ese asomo de mancha ligera,
Vale por toda una vida de quereres,
Vale por menos que el olvido.
…En el costado un deseo enorme
De combate sereno,
Apaciguante, liberador…
RESURRECCIÓN PROFANA
Detenerse o avanzar, el viento es un testigo.
Devuelve el pensamiento su más fina reflexión.
Corazón, corazón…cuántas veces corazón
Te premian el consuelo con la sombre del castigo.
Por la vía avanzamos, por la vía del mendigo:
Libre, sola, cautivante, estremeciente;
Pulcra, leve, sucia, insípida y ardiente,
De tarde y noche, amaneciendo me digo y digo:
Me falta la compaña de aquel que llaman dios,
¿Me preocupa? En modo alguno yo lo siento.
Fecunda mi vida el frondoso pensamiento,
De saberme dos en uno, nunca uno en dos:
Es tal el ansia loca que me atañe y me visita
Que no es otro por mí el que a diario resucita.
CONFRONTACIÓN EN CLAVE VITAL
He recibido impasible la sentencia
Donde falla el ministro su anatema;
El corazón, arruga; el pensamiento, quema:
Dios: telón de fondo, telón de indiferencia.
Avanzar por la senda, cargando la existencia;
Misión irremplazable, fina; pasos ocultos-cultos,
Altar donde consagran sus muecas los insultos,
De todos, dios: la gran sentida, celebrada ausencia.
Es de esperar que protesten los sabios del poder;
Que se sepa, todavía nos espera el anhelante conocer
El amparo de lo hermoso y lo por hermosear:
Me basta el mundo, que me entrega el recrear.
En tanto busco la hendija, el orificio, la salida,
Se me obsequia esta fantástica bocanada que es la vida.
PALABRAS CON SPINOZA AL FONDO
En mucho creo ver lo mistérico de dios:
En el niño que vulneran y maltratan,
En la joven a quien a diario le arrebatan
Sus sueños de frescura de manera atroz.
Pero bien puede ser de dos una o una de dos:
La esperanza angustiosa que solícita pregunta,
La justicia tendida, enjuta, magra, ya difunta
Ese fuego breve que nos da el adiós.
Voy del olvido a la sobreviviente displicencia.
La muerte que reclama vadeando sus reproches:
Radiante algunos días, radiante varias noches
Cruzadas de la sola, muelle, efímera existencia.
Ante el espejo que refleja mi sosegante ateísmo,
Me acompaña la dicha de saber que soy yo mismo.
DESTIEMPOS DEL DESOLVIDO
La espera no me cura del espanto.
No me sana la promesa del adiós.
Me alivia sospechar que no hay un dios
Que me ate el deseo, el gozo, el canto.
Mi dios, si hay uno (está por ver) es el encanto
Que siento por todo y todos a deshoras.
También por momentos, a seguidas, tras las horas
Vividas a bloque, a plomo, a plenitud, a cal y canto.
He querido subirme a este tren palpitante de la historia
Que me ayuda a develar algún secreto en la memoria
Antigua, como son, como han sido, serán, todos los dioses,
Que musitan sus tragedias entre aquestas, lentas voces.
Frente a mi corazón, ancho, palpitante y presuroso,
Dios no me es más que un recuerdo pesaroso.
REMEMBRANZA DOLIDA POR SAN AGUSTÍN
Mi amor es mi peso, por el voy
Doquiera que voy, dijo san Agustín;
Lo que no dijo el santo es que soy
Sin el amor el mismo y hasta el fin.
Buscar el alma gemela, el alma afín
Ha sido búsqueda consciente y vana:
Trasantier, antier, ayer, hoy, mañana;
Incesante esfuerzo, sin pausa ese sinfín.
Y volvemos, entonces, pasada la emoción,
A recordarnos la brevedad de dos, un paso:
Seguir, a veces (muchas veces), no tiene caso,
Y disminuye la ardentía de la inicial pasión.
Tornamos la mirada hacia lo que ha sido
Y tenemos frente nuestro el justo merecido.
Comments